domingo, 15 de mayo de 2011

depredacion y parasitismo !

DEPREDACION Y PARASITISMO ..

1. Depredador y presa: La relación entre un animal, el depredador, que utiliza a otro, la presa, como alimento y lo mata se denomina episitismo. La relación depredador-presa puede ser muy variada e Implica una serie de adaptaciones morfológicas en el depredador (garras, colmillos, visión aguda, ventosas, velocidad, etc.).

Entre los depredadores y las presas existe una relación numérica: las poblaciones de presas y depredadores varían periódicamente; si aumenta el número de presas, aumenta el número de depredadores y viceversa, pero nunca el número de los depredadores puede ser mayor que el de las presas. Por ejemplo, el depredador natural más importante de la vicuña es el puma andino, que caza vicuñas adultas. El zorro andino o atoj también caza vicuñas, pero mayormente crías, porque los adultos tienen la posibilidad de defenderse. En un área determinada nunca podrá haber más pumas y zorros que vicuñas, porque ésta, la presa, se extinguirla.

2. Parasitismo: Cuando la relación es entre un organismo (parásito), generalmente más pequeño, que utiliza a otro (hospedero) como fuente de alimento (sustancias orgánicas o alimentos ingeridos) sin matarlo, al menos en forma inmediata, se la conoce como parasitismo. Los parásitos, por lo general, pasan por una metamorfosis muy complicada y pueden reducir ciertos órganos (extremidades, visión, etc.), especialmente en los casos de parasitismo 'interno.

El parasitismo puede ser de varias clases:

· Ectoparasitismo: Cuando el parásito vive u obtiene su alimento en el exterior del hospedero. Son ejemplos muy característicos las pulgas, los piojos, el vampiro, el zancudo, los mosquitos, el pique o nihua, el isango o gapa, etc.

· Endoporasitismo: Cuando el parásito vive en el interior del hospedero y se alimenta de alimentos ingeridos o de sustancias orgánicas de éste (sangre, tejidos). los endoparásitos debilitan al hospedero y le causan enfermedades. Existen muchos especies de endoparásitos: la triquina vive en los músculos de animales carnívoros, omnívoros y del hombre; las tenias, los nematelmintos y otros gusanos parásitos viven en el intestino de los seres humanos y de muchos animales; el plasmodio de la malaria vive en los glóbulos rojos de la sangre y es transmitido por los zancudos, etc. los endoparásitos pueden ser seres microscópicos (bacterias, virus, hongos, protozoarios, etc) o muy grandes, como la tenia solitaria, que puede llegar a tener varios metros de longitud y vive en el intestino de los animales y del hombre.

· Parasitismo social: Cuando el parásito ocupa el nido de otra especie y deja criar su prole por el hospedero. Un caso típico en la costa peruana es el del tordo parásito o mirlo negro (Molothrus bonariensis), que pone sus huevos en los nidos de otras aves, especialmente la pichisanka (Zonotrichia cupensis), y deja criar sus pichones por éstas. Las colmenas de abejas tienen también parásitos (como insectos del género Meloe), que dejan criar sus larvas por aquellas.

El parasitismo es causa de muchas enfermedades tanto del hombre como de los animales y las plantas domésticos.









 
  

domingo, 8 de mayo de 2011

animales acuaticos y terrestres ..

LOS organismos que persiguen activamente y atrapan a sus presas, generalmente también móviles, para después engullirlas enteras o despedazarlas para comer sus fragmentos, reciben el nombre de depredadores, carnívoros o macrófagos.
En la comunidad marina existen animales especializados en filtrar continuamente el agua para devorar el plancton y que sirven, a su vez, de presa de los depredadores. Comer y ser comido en las verdes praderas del mar ha exigido una continua selección en favor de los mejor adaptados para defenderse y escapar de los depredadores, lo que a su vez exigió de éstos el perfeccionamiento de los métodos de detección y captura de las presas.
Los animales depredadores son aquellos de régimen carnívoro y capaces de perseguir a sus presas para capturarlas, por lo que tienen que desarrollar una serie de adaptaciones que les permitan hacerlo, como: la condición de buenos nadadores, la existencia de órganos visuales y olfativos bien estructurados, el desarrollo de denticiones apropiadas y de bocas especiales.
En un ser marino, el carácter de depredador va unido casi siempre a la posesión de tallas grandes, macroscópicas tanto en él como en la presa perseguida, aunque se presentan muchos casos, en los que el tamaño tanto del depredador como de la presa es pequeño, pudiendo considerarse dentro de este grupo a organismos del plancton que se alimentan de otros formadores del mismo plancton, utilizando la persecución activa de la presa.
También se toma en cuenta que pueden existir depredadores que lleven vida sésil, por lo que tienen que elaborar métodos especiales para la captura de sus presas como por ejemplo los organismos que viven fijos del grupo de los cnidaria o celenterados, poseen células urticantes, pequeños órganos muy complicados utilizados para la captura de las presas, los que presentan diversas modalidades según la forma como actúan: enlazantes, adhesivos y punzantes.
Las células enlazantes emiten filamentos que sujetan a la presa; las adhesivas y laspunzantes disparan púas que se clavan en la presa inyectando en ella un tóxico paralizante. De este modo, pólipos diminutos pueden dominar organismos de su mismo tamaño.
Los depredadores sésiles de los cnidaria se reducen fundamentalmente a unas pocas especies que presentan la forma pólipo, cuyas células urticantes arponean a sus pequeñas presas causándoles la muerte por envenenamiento. Entre ellos se encuentran las "anémonas", cuya vistosa ornamentación y apariencia de organismos vegetales enmascara su auténtica dimensión de animales depredadores en postura de acecho.
Las anémonas se alimentan de pequeños peces, aunque no desdeñan presas mayores como sucedió en el acuario Niagara Falls en Nueva York, en donde un tiburón leopardo de 75 centímetros de longitud rozó el tentáculo de una anémona, que inmediatamente descargó sus tóxicas bacterias contra él. Otros tentáculos entraron en acción, y poco después el tiburón colgaba inmóvil de la anémona, que sin más empezó a engullirlo. A pesar de no tener más de 20 centímetros de diámetro, la anémona se tragó en seguida la cabeza del tiburón para digerirla con sus poderosos jugos, quedando el resto del pez fuera, para después ingerir más y más la presa dentro de su cuerpo en forma de saco dilatado al máximo.
Figura 13. Anémona, celenterado carnívoro.
Un tipo de anémona, la Cerea, posee hasta 200 mortíferos tentáculos en torno a la boca, que de noche proyecta sin cesar y como es incapaz de perseguir a sus presas, sólo puede atrapar incautos. En general las anémonas, a pesar de su apariencia inmóvil, excepción hecha de los tentáculos, pueden reptar sobre su disco basal carnoso en busca de los lugares más favorables para realizar las capturas de alimento.
La forma libre nadadora de éstos cnidaria es la medusa, y resulta la más peligrosa "la avispa de mar", característica de los mares cálidos, que posee el tóxico más potente de todos los celenterados, capaz de matar a un hombre.
Otros cnidaria presentan formas coloniales que flotan libremente como es el caso del género Physalia, llamada comúnmente "fragata portuguesa", que figura entre los seres más fascinantes y conocidos de la fauna marina. Aunque su aspecto es de medusa son en realidad colonias libres, integradas por cientos de individuos unidos entre sí y distribuidos en grupos con diferente función. Bajo el llamativo flotador de la colonia están los pólipos encargados de la caza y nutrición de la comunidad, conocidos como gastrozoides y que tienen, a manera de serpientes, unos mortíferos tentáculo provistos de millares de filamentos urticantes, cuyas toxinas son casi tan activas como las de la cobra; llegan a medir hasta 20 metros de longitud y cuelgan alargándose en dirección al fondo del mar en espera de presas adecuadas.
Basta que un pez haga contacto con un tentáculo para que éste dispare inmediatamente infinidad de dardos paralizantes, luego los tentáculos cazadores elevan la presa paralizada hasta el nivel de los pólipos comedores, que la digieren con sus fermentos. El alimento digerido se distribuye después entre todos los miembros de la colonia.
Otro grupo de invertebrados, los nemertinos son enteramente carnívoros; se alimentan primariamente de anélidos aunque comen también otros invertebrados pequeños, vivos o muertos, como moluscos y crustáceos. Capturan a su presa por la proboscis o trompa que lanzan fuera de su cuerpo, que a veces es dos veces más larga que él y que puede estar armada con dientes o ganchos, y la degluten entera, pasándola rápidamente a la boca y de ahí al intestino, donde la digieren.
Estudios experimentales en nemertinos han demostrado que la inanición produce gran disminución de tamaño y regresión estructural a un estado parecido al de larva.
Los crustáceos utilizan una gama muy amplia de dietas y mecanismos para la captura de su alimento. Muchos de ellos son carnívoros, modificándose la parte anterior del tronco o los apéndices torácicos para atrapar a sus presas, y las maxilas y mandíbulas funcionan para sostenerlas, morderlas y macerarlas.
Esta alimentación de tipo rapaz está más desarrollada en los grandes crustáceos como los cangrejos, y con frecuencia algunos apéndices han experimentado modificaciones para atrapar o aplastar al organismo capturado.
Entre los crustáceos, la mayoría de los decápodos son rapaces o comedores de carroña, los cuales inmovilizan a sus presas con las pinzas o quelas pasándolas posteriormente a los maxilípedos, que las empujan entre las demás partes de la boca. Mientras una parte es mordida por la mandíbula el resto es arrancado por las maxilas y los maxilípedos. La pieza arrancada es llevada luego hacia la faringe y al intestino y nuevamente el animal toma otro mordisco.
El cangrejo ermitaño, cuyo abdomen es blando y desprovisto de caparazón, constituye un apetitoso bocado para gran número de depredadores que se encuentran en las costas.
Los moluscos presentan todos los tipos de hábitos alimenticios de los carnívoros mayores, los gasterópodos habitantes del fondo del mar, se alimentan de moluscos más pequeños como bivalvos, de otros gasterópodos y de equinodermos. Algunas especies asfixian a sus víctimas con el pie. Los buccinios como los géneros Murex Busycon,pueden atrapar al bivalvo con el pie y separar las dos valvas tirando de ellas o formando una cuña con el borde de la concha.
Unos de los animales carnívoros más notables son los del género Conus, que se alimentan, ante todo, de gusanos poliquetos, de otros moluscos y de peces, a los que capturan inyectándoles veneno con los dientes de su rádula. Ésta se compone de muchas filas de dientecitos contiguos que adquieren la forma de pequeños arpones huecos y son capaces de lanzarlos repentinamente hacia afuera para clavarlos en la presa, que de este modo recibe la inyección de su veneno que la paraliza o mata.
Los moluscos nudibranquios son carnívoros, ya que se alimentan de animales sésiles, tales como hidrozoarios y anémonas; su rasgo más notable es que utilizan los nematocistos o células urticantes de su presa para defenderse de sus enemigos, es decir integran estas células en sus sacos dorsales y las mantienen listas para ser descargadas por el molusco.
Entre los equinodermos, "las estrellas de mar" son las más carnívoras: se alimentan de caracoles, bivalvos, crustáceos, poliquetos e incluso peces y consumen también los cuerpos de animales muertos que hallan en las profundidades marinas.
 
Figura 14. Conus, molusco venenoso.

Las estrellas se encuentran casi inmóviles en los fondos, de pronto, se ponen en movimiento y uno de sus brazos lo dirigen hacia adelante para localizar a su presa, por ejemplo una almeja, mientras los otros cuatro empujan desde atrás, alcanzándola, la estrella llega hasta su víctima la cual se apresura a cerrar las valvas, ante la presencia del enemigo, mientras el depredador sube sobre la concha y la cubre; desplegando su extraño y silencioso ataque, adhiere fuertemente las ventosas de sus brazos a las valvas del molusco e intenta abrirlas, al mismo tiempo que éste contrae sus músculos.
Este proceso no dura mucho tiempo, debido a que el bivalvo se ve obligado finalmente a entreabrir su concha para dar entrada al agua que le permite respirar, pues de otro modo se asfixiaría. La estrella aprovecha la pasajera relajación del músculo de cierre, e implacable, separa las dos valvas y lanza su propio estómago en el interior del blando cuerpo del molusco, donde sus jugos digestivos se derraman, lo matan y lo digieren dentro de su misma concha.
Algunas estrellas tienen unas dietas muy estrictas, por ejemplo la Solaster sólo come a otros equinodermos, los pepinos de mar, y la Acanthaster a los corales pétreos.
Los tipos más característicos de animales depredadores que viven en el mar son indudablemente, los peces, los reptiles, como las tortugas y los mamíferos, como algunos cetáceos.
Entre los peces cartilaginosos se encuentran los típicos depredadores: los escualos como los "tiburones", "peces martillo", "tintoreras" etcétera: lo clásico en ellos son las denticiones muy desarrolladas formadas por dientes agudos y cortantes dispuestos en varias series, que constantemente se renuevan, siendo capaces de descuartizar, en breves minutos, las presas más voluminosas.
Existen tiburones que se alimentan casi exclusivamente de plancton; pero muchos encuentran la base de su dieta en los peces, otros en los moluscos y algunos dan caza a reptiles y mamíferos marinos. Los tiburones figuran entre los más poderosos depredadores del mar y sus ataques no son una ciega embestida sobre la presa, sino que antes de intentar morderla por primera vez presentan un comportamiento característico a su alrededor llamado "ronda del miedo". Como si fueran conscientes de su gran poder, toman toda una serie de precauciones antes de lanzar el ataque final, pero cuando éste se produce, nada ni nadie es capaz de parar la tremenda embestida.
 
Figura 15. Mandíbula de tiburón mostrando la dentición especial que poseen. 
Durante un tiempo más o menos prolongado, los tiburones describen lentos círculos en torno a su presa, sin realizar un solo movimiento brusco y sin perderla de vista ni un solo instante. Con sus fríos ojos la examina detenidamente mientras la ronda se hace cada vez más estrecha y aumenta el número de animales hambrientos, hasta que uno de ellos, se dirige hacia el animal y roza contra él, la rugosa piel de su lomo o sus costados. Esta maniobra tiene por objeto realizar una última prueba antes de lanzar el ataque final.
No tratan de comprobar la vitalidad, la peligrosidad o la capacidad de defensa de la presa, sino de determinar si es de su agrado, si constituye un bocado apetitoso o si el sabor resulta desagradable. Para ello, los tiburones no necesitan que su boca entre en contacto con la carne del otro organismo; basta con que lo haga la piel, pues debajo de los dentículos dérmicos que la cubren y que le confieren un tacto de papel de lija, existen criptas gustativas capaces de detectar el sabor de cualquier objeto.
Al comprobar que la presa es comestible, se lanza hacia ella con la boca abierta clava los dientes y sacude su cuerpo para arrancar el mayor trozo de carne posible. Su acción desencadena el ataque de todos los demás tiburones, y durante unos instantes el mar sirve de escenario a una de las más violentas y sobrecogedoras formas de depredación que puedan darse en el planeta; una avalancha de hambrientos tiburones mordiendo enloquecidamente todo lo que encuentran a su paso. En poco tiempo la presa es devorada y la calma retorna al océano, que al fin recobra su habitual aspecto.
En experimentos realizados por investigadores australianos para medir la potencia de la mordedura de los tiburones, se ha comprobado que un ejemplar de 3 metros de longitud puede ejercer una presión de hasta 7 toneladas y media por centímetro cuadrado, lo que explica perfectamente la limpieza y la terrible potencia de la mordedura de tan formidables depredadores marinos.
Entre los peces óseos conocidos como teleósteos de vida pelágica, son perfectos depredadores los atunes, bonitos, albácoras, etcétera, devoradores de enormes cantidades de sardinas, boquerones y otros peces de menor tamaño; también lo son las peligrosísimas barracudas.
 
Figura 16. Cachalote, mamífero marino depredador.
Existen peces bentónicos depredadores que se alimentan de moluscos y crustáceos de cuerpo protegido por fuertes conchas y caparazones. Para ello la dentición de los peces se modifica, apareciendo series de poderosos dientes anchos y aplanados denominados "molariformes", con los que trituran con facilidad las conchas de las ostras, por lo que constituyen una verdadera plaga para los bancos los cultivos de estos moluscos.
En los peces de los abismos, el régimen carnívoro depredador es el único que puede existir, ya que la falta de luz obliga a procurar capturar el alimento con el máximo de seguridad. Para poder hacerlo se adaptan y forman las enormes bocas y los cuerpos muy dilatables que permiten la ingestión de presas mayores que el animal que las ingiere.
También como animales depredadores se encuentran ciertos mamíferos del grupo de los cetáceos como los cachalotes, delfines, marsopas, orcas, etcétera que están provistos de enormes denticiones, exclusivamente caniniformes, y que se alimentan de peces y cefalópodos.
Los cachalotes sólo tienen dientes en la mandíbula inferior, todos iguales, puntiagudos, formados por un marfil de calidad y su número varía entre 18 y 30 en cada lado.
La dieta principal de este gigante dentado son los pulpos y calamares gigantes, con los que, al parecer, sostiene terribles luchas, de las que dan fe las heridas y cicatrices que cubren la piel de algunos ejemplares; con cierta frecuencia el cetáceo debe conformarse con devorar algún tentáculo de la presa. Sin embargo, la talla media de los pulpos y calamares consumidos es de uno a dos metros, de los que en el estómago de grandes cachalotes se han encontrado cien.
Otro cetáceo, la orca, es tan peligroso y voraz como un tiburón, pero al mismo tiempo tan inteligente y hábil como un delfín; estas dos cualidades unidas lo convierten en uno de los más temibles depredadores.
Con frecuencia este animal utiliza varios trucos a fin de conseguir su alimento; sus más constantes presas son los peces aunque también devora focas, pingüinos, morsas e incluso toninas; se ha llegado a encontrar en el estómago de una orca restos de 13 toninas y 14 focas.
Se ha visto nadar a las orcas bajo los trozos de hielo sobre los que viven las focas, levantándolos por un lado para que éstas caigan al mar, y dar cuenta de ellas en poco tiempo con sus temibles dientes.
Es importante conocer más y más a los animales carnívoros, ya que de ellos depende el equilibrio ecológico existente en los océanos, además de la aportación alimenticia que representan para el hombre.